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La regulación promete fomentar un entorno de innovación financiera segura y competitiva
La Ley Fintech en Chile, aunque en un estado de desarrollo y adaptación diferente a la de otros países de Latinoamérica, establece un marco para la regulación de los servicios financieros digitales con objetivos similares: promover la innovación, proteger a los consumidores y garantizar la estabilidad y transparencia del sistema financiero.
Chile ha estado trabajando en su propia versión de una regulación Fintech que aborde las particularidades del ecosistema financiero digital en el país. Aunque el proceso ha sido más gradual, la intención es similar: crear un entorno regulado que fomente la innovación y la competencia, al tiempo que se protege a los consumidores y se mantiene la integridad del sistema financiero.
El enfoque de Chile ha sido inclusivo, buscando opiniones de múltiples partes interesadas, incluidas las empresas Fintech, instituciones financieras tradicionales y organismos reguladores. El objetivo es elaborar una Ley que contemple los avances tecnológicos en servicios financieros, como el crowdfunding, los pagos digitales, las criptomonedas y la tecnología blockchain.
«Desde mi visión como líder de una empresa Fintech con más de 20 años de trayectoria y nacida en Europa, creo que la Ley va a traer importantes avances, que por supuesto conlleva nuevos desafíos. Siempre adaptarse a un nuevo marco regulatorio trae andares y desandares, pero sin duda, le hace bien a la industria contar con herramientas jurídicas para fomentar la competitividad y hacer crecer a la industria bajo los parámetros de la seguridad, tanto para las empresas como para los consumidores», sostiene Fernando Luna Guzman CEO & Fouder Lyra Chile, Perú y Argentina.
Sin dudas la Unión Europea ha sido un líder global en la regulación del sector Fintech, particularmente con iniciativas como la Directiva de Servicios de Pago (PSD2) y el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR). La PSD2 ha promovido una mayor apertura y competencia en el sector financiero, obligando a los bancos a compartir datos con terceros proveedores de servicios financieros bajo el consentimiento del cliente. Este enfoque hacia la apertura y la interoperabilidad puede servir como un modelo para Chile, al considerar cómo facilitar la innovación sin comprometer la seguridad y la protección del consumidor. En Lyra trabajan fuertemente en brindar mayor seguridad tanto a los clientes como al consumidor final, a través de la incorporación de tecnología y teniendo en cuenta las mejores prácticas a nivel mundial, enmarcadas en las regulaciones de cada mercado.
Algunos de los beneficios que suma al ecosistema esta Ley son:
Inclusión financiera: Al igual que en México y la UE, la Ley Fintech en Chile tiene el potencial de aumentar significativamente la inclusión financiera. Al regular las Fintech, se pueden ofrecer servicios financieros más accesibles y asequibles a aquellos que tradicionalmente han sido excluidos del sistema financiero.
Promoción de la innovación y la competencia: La regulación clara y justa puede crear un entorno en el que tanto las entidades financieras tradicionales como las nuevas startups tecnológicas puedan innovar y competir. Esto no solo beneficia a los consumidores con más y mejores opciones, sino que también puede posicionar a Chile como un líder en innovación financiera en la región.
Seguridad y confianza: Establecer requisitos rigurosos para la protección de datos y la seguridad cibernética es fundamental para ganar y mantener la confianza del consumidor en los servicios financieros digitales. Esto es crucial para el crecimiento sostenible del sector Fintech.
La regulación Fintech en Chile, aunque todavía en desarrollo, promete fomentar un entorno de innovación financiera segura y competitiva. Inspirándose en ejemplos de la UE, Chile puede diseñar un marco que no solo promueva la innovación y la competencia sino que también incremente la inclusión financiera y asegure la protección al consumidor. La adaptación y actualización continua de este marco será esencial para aprovechar plenamente los beneficios de la tecnología financiera, enfrentando al mismo tiempo los desafíos emergentes y manteniendo la estabilidad del sistema financiero.
Fuente Comunicae